Rellenar una caries es uno de los procedimientos más comunes que realiza un dentista. El proceso se ha refinado y casi perfeccionado hasta el punto de que suele ser una experiencia no invasiva con un tiempo de recuperación muy rápido.
Sin embargo, los empastes también son causa de miedo y ansiedad para muchas personas. Gran parte de este miedo surge de la falta de conocimiento y de lo que el paciente desconoce.
¿Duelen los empastes de caries?
Aquí está la respuesta corta: No. La mayoría de los empastes causan poca o ninguna molestia durante cualquier parte del procedimiento. Este es el resultado del uso de agentes anestésicos altamente efectivos.
Anestesia
Tu dentista utilizará un anestésico local que adormecerá los dientes, las encías y la mandíbula. Estos agentes evitarán que los nervios envíen señales de dolor desde la boca al cerebro para que no duela cuando el dentista comience a perforar. Puede haber una pequeña molestia que se siente como una leve picadura, pero en realidad es una señal de que la anestesia está funcionando.
Consejos para el dolor y la recuperación
El tiempo de recuperación de los empastes típicos es bastante breve: sólo un par de días. Durante este tiempo, puede experimentar un leve dolor e incomodidad, causados por el nervio que se adapta al nuevo empaste de su diente. También es común sentir algo de dolor en las encías y la mandíbula. En última instancia, todos estos efectos secundarios suelen ser leves y no deberían suponer ningún obstáculo para la vida normal. Gran parte de este dolor puede aliviarse con un analgésico de venta libre.
Además, puedes mitigar o incluso evitar el dolor durante tu recuperación siguiendo estos sencillos consejos.
1. Evita temperaturas extremas en alimentos y bebidas:
Debido a que tu diente acaba de experimentar una pequeña perforación, está en alerta máxima y no quiere que lo molesten nuevamente. Esto significa que el diente afectado será muy sensible a los alimentos y líquidos fríos y calientes. Durante tu recuperación, lo mejor es beber agua a temperatura ambiente y evitar temperaturas extremas.
2. Los alimentos blandos son los mejores:
Otro consejo de recuperación es evitar ejercer presión sobre el diente afectado. Lo mejor es darle un descanso a ese lado de la boca por un rato evitando apretar o rechinar los dientes. En este mismo sentido, es mejor ingerir alimentos blandos durante este breve tiempo de recuperación. Las patatas fritas, las verduras crudas y otros alimentos que requieren mucha masticación pueden irritar el diente o incluso dañar el nuevo empaste.
3. No toques tu diente
Este último consejo es un poco extraño, sin embargo, aborda una tentación común que tienen las personas cuando experimentan dolor. Para algunos, “lamerse’’ y tocarse los dientes agresivamente con la lengua y chuparse el diente es una reacción innata al dolor que experimentan en la boca. Esta práctica sólo provocará más malestar e irritación.
Si te siguen doliendo los dientes durante más de una semana, o si el dolor se intensifica a un nivel significativo, puede ser un indicio de una infección u otra complicación.
Los empastes son mejores que la alternativa
Si todavía estás preocupado por el empaste, puede ser útil comprender por qué uno debería hacerse un empaste en primer lugar. Recibimos empastes porque tenemos caries. Las caries son áreas cariadas en los dientes, que aparecen como pequeños agujeros en la superficie del diente. Son causadas por ácidos emitidos por bacterias malas llamadas placa que se adhieren a los dientes y se alimentan de los restos de comida que quedan en la boca después de las comidas.
Si las caries no se llenan y no se controlan, la caries puede volverse tan grave que llega al nervio dentro del hueso y causa un dolor insoportable. Si la caries crece y llega a la encía, esto también puede causar un gran dolor e incluso una infección, llegando a matar el diente por completo.
Una vez que las caries han llegado a este punto, se intensifican los tratamientos necesarios con endodoncias y extracciones. El dolor causado por estos procedimientos es mucho mayor que el de un empaste. Como resultado, un empaste es siempre la mejor opción con los menores efectos secundarios.
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